30 de enero de 2015

Un mañana u otro





 Detente un instante y dime cuánto sabes de la persona que tienes a tu lado. Si disfrutas sus silencios, si sientes sus miradas.

 Párate, piensa en la última conversación telefónica en la que dijiste un te quiero, un tengo ganas de verte, incluso un hasta mañana.

 Quieto. Un segundo
. Acuérdate de esa copa de más que fastidió una cena, una amistad, una pareja.

 Ahora te dejo libre, que te armes de valor para hablar más y beber menos, preguntar hasta la saciedad, mirar profundamente. Para ser tú quien llame y lo primero que diga sean palabras con sentimiento que quiten el sentido.


 Porque un día notarás la ausencia de esos ojos, el silencio será una cárcel en la que no tienes derecho a una llamada, si gritas nadie escucha, donde se acabó la fiesta.

 Mañana corre, no pares, no te quedes quieto ni un solo momento. Haz todo lo que esté en tu mano por tener otra mano cerca.