30 de enero de 2015

Epitafio

"Recuerde el alma dormida,          
avive el seso y despierte
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte               
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo, después de acordado,
da dolor;
cómo, a nuestro parecer,               
cualquiera tiempo pasado
fue mejor.
[...]"

(Coplas a la muerte de su padre, Jorge Manrique)


Esta vez han sido las manillas de su reloj las que se han parado y nadie ha podido ponerle remedio. Ahora es mi turno, el nuestro de mantenerlo vivo en nuestra palabra y en nuestros corazones. Nadie se muere si se le recuerda. Hoy mi padre es eterno.